miércoles, 2 de octubre de 2013

Espías

Desde que se produjeron los atentados del 11-S, EEUU, conmovido por las brutales consecuencias, ha reaccionado a todos los niveles. Creo que pocos son los ciudadanos que puedan darse cuenta de las repercusiones, no solamente políticas, que lleva adherido lo que provocó esos actos terroristas de Al Qaeda. Cantidad de documentales, teorías conspiranoicas sobre espionajes y un largo etcétera. Conforme han pasado los años han sido muchos los que han negado que exista una especie de sombra yanqui que nos espía; un gran hermano que todo lo ve. George Orwell allá por 1948 ya destacaba muchos de los pilares en los cuales de sostiene esta sociedad actual.

Con todo el caso de Edward Snowden ha salido a la luz detalles escabrosos sobre cuáles son las tácticas de EEUU dentro de este ámbito de espionaje, cual obra de Tom Clancy. Pero la cosa no se queda ahí; también tenemos que hablar dentro del ámbito más amplio de la tecnología dentro de las comunicaciones a través de la red de redes: Xkeyscore. Un sistema de servidores implantado por todo el planeta que espía a cualquier nivel de comunicaciones, todo lo que hacemos, por supuesto sin quedar impune el sistema de cifrado de datos. Agüita.

Cuando leemos que determinados pedófilos u otros tipos de usuarios utilizan exploits para hacer de las suyas, igual que ellos, el gobierno de los EEUU puede aprovecharse de dichas vulnerabilidades para espiar y poder “informarse” de lo que ellos quieran. Los precedentes de los atentados creo que fue el primer paso de toda una retahíla de evoluciones en el ámbito puramente tecnológico. ¿Interesa en especial a EEUU que multinacionales chinas, japonesas o rusas evolucionen en el mismo ámbito? ¿Alguien recuerda la Guerra Fría? ¿La lucha por la carrera espacial? Ahora estamos viviendo algo parecido en materia puramente tecnológica e informática. Ya no es una cuestión puramente de política del miedo, una medida de prevención a un posible ataque terrorista, es que aquí entra el espionaje industrial, el de la competitividad. Y no somos conscientes de ello.

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